El otro día el silencio me enseñó algo muy valioso. Algo tan valioso como conocer una manera sencilla de medir la salud mental.
A veces nos desgastamos analizando cómo nos encontramos, profundizando interiormente para encontrar preguntas y respuestas e incluso consultado con personas externas. Quiero compartiros algo rápido y sencillo para saber si estáis en un momento de equilibrio en vuestra vidas.
Tan solo necesitas unos minutos y un lugar cómodo. Acuéstate en el suelo, en el sofá, en la cama o sentado en la silla… Cierra los ojos y comienza a respirar tranquilamente. Intenta centrarte en cómo entra el aire por tu cuerpo y como lo expulsas. Es aquí cuando podrás medir cómo te encuentras. Si el silencio te incomoda, te hace pensar demasiado, te desconcentra en vivir el presente es síntoma de que algo te preocupa. Sin embargo, si el silencio te abraza, te hace disfrutar del momento y te da paz y calma, quiere decir que está viviendo un bonito momento.
Por ello, el poder del silencio, es capaz de sacar lo mejor de ti y lo peor. El otro día después de hacer una meditación breve, me di cuenta de lo afortunado que soy de que el silencio en estos momentos me acompañe y me haga parar y desconectar. No hasta hace mucho el silencio me incomodaba y se convertía en ruido. Curioso como puede el silencio absoluto convertirse en un ruido desagradable.
Si has leído hasta aquí, te invito a que desde donde me estés leyendo, cierres los ojos, respires unos segundos y deja que el silencio te evalúe cómo te encuentras.